Al iniciarse en enero la Presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea, el sector de los cosméticos prestará especial atención a varios textos en debate o en preparación durante este mandato.
Con más de 5.000 millones de euros de exportaciones en 2020, la UE es el primer destino (40%) de las exportaciones francesas de cosméticos. Se trata de un mercado clave para este sector, que es el segundo contribuyente a la balanza comercial francesa, por detrás de la aeronáutica.
Además, la Unión Europea elabora la mayor parte del marco normativo al que están sujetos los fabricantes de cosméticos, empezando por un reglamento sectorial 1, cuya revisión acaba de comenzar, que garantiza la salud y seguridad de los consumidores. En términos más generales, la UE ha incluido en su programa de trabajo una serie de textos que tendrán un impacto directo o indirecto en el sector: lanzamiento de una estrategia sobre química sostenible, revisión del marco aplicable a los envases, refuerzo de la información al consumidor, regulación de las plataformas digitales, etc.
Seguir garantizando la salud y seguridad de los consumidores
Reconocida como la más estricta del mundo, la normativa europea sobre cosméticos sirve de modelo de referencia en todo el mundo. Como parte de su Estrategia de Sostenibilidad de las Sustancias Químicas (CSS), la Comisión Europea ha anunciado una revisión del Reglamento Europeo de Cosméticos para adaptar el marco existente a esta nueva estrategia y realizar una serie de actualizaciones.
La FEBEA se congratula de la actualización de este texto, que entró en vigor en 2013, pero velará especialmente por que se mantenga un enfoque de evaluación de la seguridad de los ingredientes basado en la noción de riesgo. A diferencia de la noción de peligro, este enfoque permite autorizar un ingrediente para el que se ha aportado la prueba de un uso seguro a una dosis determinada, y evita prohibir a priori determinados ingredientes.
Del mismo modo, la FEBEA estará atenta a la posible utilización del nuevo concepto de esencialidad. La FEBEA quiere llamar la atención sobre la vaguedad jurídica de este concepto y sobre la necesidad de profundizar en él antes de aplicarlo como herramienta de decisión reglamentaria. Una interpretación amplia podría llevar a la prohibición total de miles de ingredientes, tanto sintéticos como, sobre todo, naturales, que están en el corazón de las fórmulas cosméticas, con los aceites esenciales a la cabeza. Si bien se cita a menudo el ejemplo de la lavanda, también hay que prever que, mañana, el vetiver o el pachulí, que se utilizan en un gran número de composiciones perfumadas, podrían prohibirse a priori, debido a su posible efecto irritante en determinadas personas. Toda la industria francesa del perfume, líder y referencia mundial, estaría en peligro.
Por último, el sector cosmético espera que la "estrategia para la sostenibilidad en el sector químico" de la Comisión Europea sea una oportunidad para poner fin a las incoherencias que puedan existir entre las distintas normativas europeas, y en particular entre las normativas sectoriales sobre cosméticos y las normativas horizontales (reglamento REACH2). A modo de ejemplo, la industria cosmética, que se enorgullece de ser la única en Europa en la que está prohibida la experimentación con animales, extremará la vigilancia para que esta prohibición se salvaguarde y consolide.
Preservar las redes de distribución selectiva
El Reglamento europeo3 aplicable a la distribución selectiva, como la venta en perfumerías, es un instrumento crucial para garantizar un entorno de venta adecuado para los productos cosméticos. El objetivo no es solo preservar la imagen de marca, sino también garantizar un alto nivel de asesoramiento al consumidor final, tanto en línea como fuera de línea.
Mientras se revisa este texto, la FEBEA reitera la necesidad de simplificar, aclarar y adaptar las normas existentes. El desarrollo del comercio electrónico debe conducir a una flexibilización de las normas que inicialmente pretendían favorecer este canal.
Intensificación de la lucha contra la falsificación en las plataformas digitales
En los últimos años, el crecimiento de los grandes mercados en línea ha contribuido al aumento de la venta de productos falsificados. Los cosméticos son la principal categoría de productos falsificados: no cumplen la normativa europea sobre cosméticos y representan un grave riesgo para la salud de los consumidores.
Es vital que la próxima legislación europea, como la Ley de Servicios Digitales y la revisión de la Directiva sobre Seguridad General de los Productos*, garantice que todos los consumidores que compran en línea tengan acceso a productos seguros que cumplan la normativa europea. En este nuevo contexto, también es vital que el marco normativo que se establezca refuerce la responsabilidad de las plataformas de intermediación.
Mejorar la información al consumidor sobre los productos
Ante la creciente cantidad de información, sobre todo medioambiental, que esperan los consumidores y/o exigen las normativas, la desmaterialización permite no comprometer los esfuerzos realizados por los fabricantes para reducir el tamaño de sus envases, ofrecer a los consumidores una información completa, pedagógica y detallada, y seguir respetando los objetivos fijados en el Pacto Verde.
En cuanto al etiquetado medioambiental de los productos, la introducción de una metodología única común a todos los sectores parece ineficaz. Debería favorecerse el uso de enfoques sectoriales alternativos y complementarios, basados en metodologías científicas sólidas.
Envases: garantizar un marco normativo europeo armonizado
Desde hace varios años, las empresas de cosméticos han apostado fuerte por reducir su huella de plástico y avanzar hacia una economía circular de sus envases. El pasado mes de junio, la FEBEA dio a conocer la "Ley del Plástico", un plan de acción para envases de cosméticos sostenibles que incluye ambiciosos objetivos cuantificados para 2025 que van más allá de las disposiciones de la ley AGEC, y se basan en el principio de las "4R" (reducción, reutilización, reincorporación y reciclaje).
Para que el sector cosmético pueda seguir por este camino, la revisión de la Directiva de envases5 debería armonizar las normativas nacionales sobre plásticos de un solo uso, con el fin de asegurar la considerable inversión realizada por muchos sectores en envases reciclables y preservar la industria europea del reciclaje.
Del mismo modo, el sector cosmético también estará especialmente atento a que las futuras medidas preserven la libre circulación de productos cosméticos envasados dentro del mercado común. Con la proliferación de normativas nacionales sobre envases, es crucial que se apliquen las mismas reglas en todos los Estados miembros de la Unión Europea.